El fin de semana pasado fui al centro de Barcelona (entendiendo centro la plaza de Cataluña y la Rambla) para quedar con unos antiguos compañeros de universidad. La verdad es que fue la segunda quedada tras reencontrarnos en el Facebook.
Como vivo en las afueras de la gran urbe, decidí coger un tren algo antes para aprovechar el viaje y dar una vuelta. El recibimiento de la ciudad fue peor que cualquier otro sábado (puesto que era el segundo sábado de rebajas); me encontré ríos de gente que fluían por su cauce natural: El Corte Inglés, H&M, Zara, Benetton, Mango... Todo según lo previsto para almas sedientas de gangas imposibles.
El agobio general, si uno no va a comprar (¡y aun así!), hizo que me alejara del curso de ese río humano y me llevó a una calle estrecha, lúgubre, de casas altas y señoriales. En la acera izquierda, se alzaba un edificio señoral, reconocido patrimonialmente por el consistorio municipal.
Y es que me encontraba ante los bajos de la Casa Martí, un edificio emblemático de la calle Monstió que fue el corazón artístico y literario del modernismo catalán. Concretamente, estaba ante els 4 Gats.
El local me cautivó desde la misma puerta y no pude evitar entrar. Me encontré una joya del pasado en el mismísimo centro de la ciudad. Para que veas lo precioso que era, te adjunto un par de fotos:
La entrada:
Te recomiendo que, si puedes perderte algún día por allí, te tomes tu tiempo y disfrutes del lugar.
Además, invita a escribir alguna fruslería.
1 comentario:
Gracias, Daniel, por la bienvenida.
En cuanto al enlace, así lo haré.
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