Hace un tiempo pensé que no volvería a escribir más en esta página. Pero hace un rato me he dado una vuelta por aquí y me ha picado de nuevo el gusanillo. Y, como esto de los blogs, los tiene uno por gusto (quiero decir que uno no se gana la vida escribiendo chorradas a cualquier hora del día...), pues aquí me tienes: teclado en mano y dispuesta a plasmar ideas en este folio virtual.
Mi último post ("De los nervios") está estrechamente relacionado con mi nueva situación actual. He necesitado medio año para deshacerme de esos nervios, de ese despacho, de esa compañera y de la madre que los matriculó a todos.
Y te preguntarás: "¿Cómo lo has conseguido?". Primero de todo, dándome cuenta de que lo que tenía no me llenaba. Y luego deseando con toda mi alma que aconteciera un cambio en mi vida (ese deseo ha ido acompañado de una búsqueda, claro está). Así pues, he cambiado lo que tenía por un trabajo interesante, motivador, bien remunerado, que me da tiempo para mí...
Está bien, voy a confesar el oficio, porque, si no, no tendré credibilidad ante ti, lector mío: voy a ejercer de profesora en una institución reconocida (prefiero evitar los detalles por si me conoces...).
Además, voy a aprovechar esa mejora salarial y temporal para ampliar mis estudios, para no contradecir aquello de que "en tiempos de crisis, lo mejor es formarse". Un máster oficial en la lengua de Cervantes me ayudará a consolidar mi nuevo trabajo.
Así pues, a dos semanas del cambio, me veo inmersa en la deseadísima vuelta al cole (¡por partida doble!).
No hay comentarios:
Publicar un comentario